- Conflicto lingüístico
- Las situaciones de bilingüismo social son muy frecuentes en las sociedades actuales y constituyen el objeto de estudio de diversas disciplinas relacionadas con las ciencias sociales. Cuando dos o más grupos lingüísticos diferenciados entran en contacto pueden suscitarse varias interpretaciones sobre las consecuencias de esa situación. Frente a una visión consensualista y relativamente estable o estática del contacto de lenguas, que es la que ofrece el modelo de la diglosia, el conflicto lingüístico parte de la consideración de que los grupos lingüísticos constituyen comunidades con intereses antagónicos en los que las respectivas lenguas suelen verse como variedades en competición. Según el modelo del conflicto lingüístico, concepto elaborado e inicialmente difundido desde la sociolingüística catalana, el contacto de lenguas siempre implica una situación de desequilibrio en la que uno de los grupos lingüísticos es dominante y el otro o otros están dominados o oprimidos. Por tratarse de una situación dinámica, no determinista ni irreversible, sino más bien explicable atendiendo a condicionamientos sociales, en las situaciones conflictivas caben varias posibles soluciones que van desde la desaparición por substitución de la lengua dominada a la superación de la situación de desajuste mediante un proceso de recuperación del estatus, del capital simbólico y del valor comunicativo de la lengua dominada. Las situaciones de conflicto lingüístico no deben analizarse sólo en terminos negativos, como un intento de superar las tensiones que de ellas se derivan, sino que, al contrario, las tensiones pueden ser el inicio de necesarias transformaciones sociolingüísticas. Esta noción fue fruto de diversas revisiones, manteniéndose en la actualidad como un instrumento analítico plenamente vigente en determinadas situaciones de plurilingüismo social.
Enciclopedia Universal. 2012.
